
¿Nosotros fanáticos?
Hablando con unos amigos que me contaban que habían ido de viaje a un país árabe, salio el tema, como no, de la religión y el fanatismo. Uno de estos amigos decía que no entendía como se podía vivir para y por una religión. Que toda una cultura esté supeditada a esta forma le parecía no solo terrible y opresora sino que no podía comprender cómo una sociedad entera podía tolerar esta forma de vida.
Yo por supuesto asentí y entendí lo que esta persona nos trasmitía y le respondí dudando de mi propia creencia, que tal vez ese fanatismo que nos horroriza sea igual que las drogas que nuestra cultura occidental nos mete en la cabeza desde pequeños, el éxito, el trabajo digno, los lujos etc. Tan despiadada es una sociedad que obsesiona a sus ciudadanos con una religión; como la nuestra que obsesiona a sus integrantes con el éxito, el reconocimiento, la fama, el status social, la adoración por lo material y el individualismo egoico y consumista de una sociedad emocionalmente destrozada. Una sociedad que desde pequeño te educa bajo las reglas de un sistema económico definido, estipulado y sin lugar a cambiarla. Que en los medios de comunicación se habla, se opina y se divulga la información a través de un prisma más que definido por esta forma. Los anuncios de ventas, ya sean televisivos, radiales o gráficos, nos venden todo el tiempo la felicidad a través de un coche, una casa, un trabajo mejor, una silueta perfecta. Sino es a través de la promesa de felicidad (que por suerte para los vendedores nunca llega así la gente sigue consumiendo más y más sosteniendo este sistema económico indefinidamente) lo hacen a través del miedo a no pertenecer a lo que la sociedad y nosotros mismos hemos creado. Y con el miedo de que alguien de fuera nos lo quite.
Si alguien cree que este sistema económico no es un fanatismo religioso y destructivo para una sociedad, y se sigue creyendo con derecho a señalar a los musulmanes sin ver nuestra absurda y horrenda religión económica y social; Yo, no entiendo nada. Tendremos primero que arreglar nuestra casa ¿no? ¿O un desequilibrado mental puede tratar psicológicamente a alguien?
Solo que nos han vendido la moto de que nuestra sociedad es mejor y que tenemos el derecho de juzgar e invadir por el bien de la humanidad. Tal vez, y solo digo tal vez, ¿no será para seguir pudiendo ejercer nuestra religión fanática, nuestro sistema económico y social?
Tal vez nos hemos equivocado de fanáticos.

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